Según el Laboratorio Nacional de Los Alamos (EE. UU.) y el Instituto Wellcome Trust Sanger (Reino Unido), una investigación reciente publicada en la revista Science, el tabaco causa en los fumadores cientos de mutaciones genéticas que ni siquiera desaparece cuando se deja de fumar.
En el estudio se analizó el genoma de más de 5.000 tumores humanos de fumadores y no fumadores, midiendo el daño genético causado en distintos órganos del cuerpo y describiendo los mecanismos que originaban las mutaciones en el ADN.
Según las conclusiones de este demoledor estudio, los fumadores acumulaban un promedio de 150 mutaciones adicionales en cada célula pulmonar:
- 97 en las células de laringe
- 39 en las de faringe
- 23 en las de boca
- 18 en las de vejiga
- 6 en las de hígado
Las mutaciones asociadas con el humo del tabaco son más complejas de lo que se pensaba anteriormente. El tabaco daña el ADN en los órganos directamente expuestos al humo y acelera un reloj celular mutacional en los órganos que están directa e indirectamente expuestos.
David Gilligan, oncólogo del Hospital Papworth, en Inglaterra, afirmó que: “Por cada 150 mutaciones que se producen en las células cada año, hay 150 oportunidades para que el cáncer de pulmón se desarrolle”. En total encontraron más de 20 huellas de mutaciones genéticas en los 17 tipos de cáncer asociados al tabaquismo.
Los órganos que no están en contacto con el humo inhalado no tienen la misma firma mutacional directa que se ve en los pulmones. Sin embargo, existe otra en todas las células cancerosas que acelera la tasa de mutación en las células de fumadores. Cuantas más mutaciones tenga una célula, más probabilidades hay de que una de ellas esté en un gen causante de cáncer y lo provoque.